Este es nuestro diagnóstico: falta una buena dosis de
películas sobre doctores locos. Hace más de dos años que propusimos este ciclo,
va siendo hora de recetarlo nuevamente. Las dolencias y los enigmas médicos aún
abundan y es tal vez por ello que existen tantos matasanos por ahí,
enclaustrados en sus laboratorios, en compañía de tubos de ensayo,
aparatos de tesla y leales asistentes, ansiosos por resolver entre
conjeturas, problemas que para muchos parecen locura. Infortunados serán
los conejillos de indias de sus experimentos, porque estos doctores tienen una
posición indolente frente a juicios morales y éticos. Satisfacer las ambiciones
científicas tiene un precio que no les importa pagar y cualquier medio les vale.
Gracias a ello, seremos testigos de macabros métodos científicos y
un espectáculo lleno de espantosas proezas médicas. Así que, Franki vuelve con
novia; El Dr. West también; y desde el lejano planeta Transexual tenemos a un
simpático y glamuroso doctor travesti, presentándose junto a una viva cabeza
guillotinada. Pasen queridos pacientes, que su cita es a la misma hora, en el
mismo lugar.
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